Primavera incipiente (y III): un paseo por la orilla del Säveån

El 1º de mayo el sol y las temperaturas benignas animaban a dar un paseo, esta vez por las márgenes del Säveån, a veces calmado como un lago y otras rápido como un torrente. Partimos de la estación de tren de Floda en dirección a Lerum, tomando el sendero del Gotaleden («camino de los godos»).

En sus remansos hay pescadores, con la debida licencia, que esperan que pique alguna trucha asalmonada o incluso algún salmón que haya remontado desde las riberas del mar en Gotemburgo. La presencia de peces saltarines atrae también al martín pescador que sobrevuela los rápidos donde emergen rocas blanqueadas por el guano de las aves.

El sendero discurre entre árboles de hoja caduca, robles, alisos, sin que falten frondosas coníferas. Estas orillas son una reserva natural protegida.
Disponíamos sólo de dos horas tras almorzar en la vieja taberna de la estación de Floda. Al menos pudimos disfrutar de una ida y vuelta bucólica y soleada. Son días de renacimiento natural, con sus primicias de tiernos verdes.


¡Apenas habíamos recorrido una cuarta parte de la etapa 5 del Gotaleden entre Lerum y Floda!

Y son doce las etapas que tiene este sendero entre Göteborg y Vårgårda, donde acaba muy cerca del lago Mjörn, por lo que nos prometimos volver para marchas más largas por estas serenas orillas llenas de historia.


