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Gatos sin botas

11 abril, 2025
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2024

El año pasado volvieron los gatos a pasearse por el borde del muro del patio de mi atelier. Años antes tuve el descubrimiento trágico de los esqueletos de una gata y sus crías que llevaban tiempo, probablemente fallecidos durante una de mis ausencias sin fuerzas para salir del recinto.

Pero esta vez es un robusto gato sin collar, a todas luces capaz de trepar muros de cerca de tres metros para pasearse por la repisa del mío. Habilidad que empecé a retribuir con una pitanza que, tras mis horas de trabajo pictórico, le dejaba yo, y el consumía al atardecer cuando pensaba que no le observaba.

Hacía siglos que no incluía en mis compras del supermercado las tarrinas gatunas, y que conste que la foto no tiene interés publicitario, sino que las compro más por la simpática imagen que por lo que puedan tener o no tener de calidad veterinaria.

Así que nuestro amigo blanco y gris siguió beneficiándose de las pitanzas, que yo dejaba y que el venía ya atardecido a engullir satisfecho

Hasta que recientemente…

2025

este gato madrugador, a plena luz del día, le ha birlado la comida a mi visitante habitual.

Y al fondo del muro…

un gato -¿o será una gata?- lamenta no haber llegado antes y da la impresión de que puede haber pelea…

El gato negro trata de largarse…

mientras el felino de la esquina se pone en movimiento, pienso que para cerrarle el paso, aunque está maullando de forma insistente desde hace un momento…

Ahora ya no me suena que busque pelea, más bien creo que… ¡es una gata!

De modo que no era pelea, ahora me miran como con reproche…

Está claro que no soy bienvenido a la escena, así que…

Saltan del muro a la calle y por mi parte, acabada mi tarea, dejo de nuevo pronta la pitanza. Aunque ya no sé quién de los gatos del barrio se la manducará.

¡Miau!

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