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Un poema de Tristan Tzara

27 agosto, 2024

En estos días mediterráneos de calor excesivo ha caído entre mis manos un viejo libro de frágil encuadernación y páginas del color de esa luna desmesurada que se asomó a nuestros cielos hace poco.

Editado en 1947 por Jean Cassou (Deusto1897 – París 1986) es una antología (*) de prosa, teatro y poemas de Tristan Tzara (1896 – 1963), uno de aquellos numerosos intelectuales rumanos a los que los avatares del siglo XX llevaron a abrazar la lengua y la cultura francesas y destacar en diversos campos de las letras y la historia.

No seré yo quien haga la explicación de sus vida y obra, pues hay mucho escrito sobre él y lo que representó en la cultura europea como principal figura del movimiento dadaista, precursor del surrealismo, y pienso que inspirador de muchas otros contestarios radicales del arte y las costumbres establecidas que le sucedieron

Yo destruyo las gavetas del cerebro y las de la organización social : desmoralizar por todas partes desplazar la mano del cielo al infierno, los ojos del infierno al cielo, restablecer la rueda fecunda de un circo universal dentro de los poderes reales y la fantasía de cada individuo

fragmento del Manifiesto dadaísta (1918)

Este es un pequeño ejemplo de aquél que declaraba que «la moralidad es la infusión de chocolate en las venas de todos los hombres»

Nacido en Moinești quien se llamó originalmente Samuel Rosenstock vio la luz a menos del 200 kilómetros en línea recta de la Transilvania del Conde Drácula. Cada uno ha su modo ha sido protagonista de famas sociales de un modo u otro revolucionarias.

Días de calor. Foto R. Puig

Al hilo de la lectura de los textos de Tristan, por cierto subliminalmente tristes, en muchas de sus entrelíneas se siente que su búsqueda del absurdo literario es una constante fuga de las horrores de las dos grandes guerras de la primera mitad del siglo XX europeo con su ese otro absurdo, sangriento y de ningún modo imaginario.

Con Jean Cassou he escogido uno de los poemas de Tzara, escrito hace cien años en que destaca una lírica, a mi modo de ver, llena de las enrevesadas señales que se desprendían de las gavetas de su cerebro. El subrayado de uno de los versos que se repite es mío, así como la traducción al castellano.

PAYSAGES ET ACCIDENTS

cirage des avenues fines

le café d’aube d’où sortira le proverbe d’été

donné au profit de tous les projets de voyage

enfilés le long des galeries de flûtes

le nombril de cire fond

ainsi sur le fourgon de queue toutes les petites marionnettes

où allons-nous se demande le monsieur qui a eu des déceptions

voilà maintenant le rire qui dégouline

ce sont des tranches de seins de verre

c’est un amour-mètre

c’est la menace perfectionnée d’un battant de cloche parapluie

et le passeport pour l’étage supérieur de l’armoire s’ouvre

il y a un glacier libre et les oiseaux

nous remarquons là le microphone

grossissante les pas et les paroles qui n’osent plus sonner

restent pour ainsi dire dans leurs coquilles

mais on les voit car ce sont des yeux

voilà où mène une heure d’oubli

le bracelet de rubis vous pousse sur la joue

en bonbons acidulés de flammes

le feuillage des veines se répand avec la lenteur de la soif

c’est un vrai désastre

que les palpitations des murs des immeubles explique et accompagne

une auto

la jeune filles reste étendue sur le pavé

un mouchoir humide

un accident comme un autre direz-vous

voilà où mène une heure d’oubli

personne ne demande votre participation

aux spéculations excitées autour d’un mouchoir d’oubli écrasé

la nécessité sociale  ne la justifie pas

voilà cependant où mène une heure d’oubli

à l’unanimité des abstentions quand il s’agit d’un tamponnement prévu

entre les os et les nombreux blessés en liberté

locomotive douleur qui marche vite en tous les sens

les sismographes auscultent la terre

opérations de bourse

la panique des cravates se nouent et se dénouent en chiffres  

mais jamais la mécanique

n’ enregistrera la congestion  d’une heure tordue par les nerfs

cette écriture fine et mouvante des corps 

indique les fleuves sur sa carte géographique 

voilà où mène une heure d’oubli

comment voulez-vous comprendre ce que personne n’a encore compris

on se gratte les organes l’un après l’autre

une belle danse pour la solitude quand la langue est collée au palais

un timbre-poste de musée glacial sur l’horreur des vitre vides et fixes

chacun de nous a un réservoir d’événements 

qui s’accompliront dans l’ordre des commodités de sortie

ils sortiront comme les perroquets et leurs phrases

sans se soucier de la justesse de leurs intéressantes observations

voilà où mène une heure d’oubli

dans les tunnels d’avoine noire de fumée

***

PAISAJES Y ACCIDENTES

depilación de finas avenidas

el café del alba del que saldrá el proverbio del verano

donado en beneficio de todos los planes de viaje

enfilados a lo largo de galerías de flautas

el ombligo de cera se derrite

así como en el furgón de cola todas las pequeñas marionetas

a dónde vamos se pregunta el señor que ha tenido decepciones

hete aquí ahora la risa que gotea

son rebanadas de senos de vidrio

es el metro del amor

es la amenaza perfeccionada de un badajo de paraguas-campana

y el pasaporte a la estantería superior del armario se abre

hay un glaciar libre y los pájaros

notamos ahí el micrófono

que amplifica los pasos y las palabras que no osan ya sonar

permaneciendo, por así decirlo, en sus caparazones

pero las vemos porque son ojos

he ahí adonde lleva una hora de olvido

la pulsera de rubí empuja sobre la mejilla

caramelos ácidos llameantes

el follaje de las venas se extiende con la lentitud de la sed

es un verdadero desastre

que se explica y acompaña por las palpitaciones de las paredes de los edificios

un auto

la joven permanece tirada en la acera

un pañuelo húmedo

diréis un accidente como cualquier otro

he ahí adonde lleva una hora de olvido

nadie pide vuestra participación

en las excitadas especulaciones sobre un aplastado pañuelo de olvido

la necesidad social no la justifica

pero he ahí adonde lleva una hora de olvido

de abstenciones unánimes en lo que respecta al amontonamiento previsto

entre los huesos y los numerosos heridos en libertad

locomotora del dolor que corre rápido en todas las direcciones

los sismógrafos auscultan la tierra

operaciones de bolsa

es el pánico las corbatas que se anudan y se desanudan en cifras 

pero jamás la mecánica

registrará la congestión de una hora retorcida por los nervios

esta escritura fina y conmovedora de los cuerpos

indica los ríos en su carta geográfica

he ahí adonde lleva una hora de olvido

¿cómo quieres entender lo que nadie ha entendido todavía?

nos rascamos los órganos uno tras otro

un hermoso baile para la soledad cuando la lengua se pega al paladar

un sello de correos del museo glacial sobre el horror de cristaleras vacías e inmóviles

cada uno de nosotros tiene un reservorio de acontecimientos  

que se realizarán en el orden de las conveniencias de salida

saldrán como los loros y sus frases

sin preocuparse por la exactitud de sus interesantes observaciones

he ahí adonde lleva una hora de olvido

por los túneles de avena negra de humo

.

Tristan Tzara, del L’arbre des voyageurs (1921-1924). Op.Cit. pp. 89-91


Notas

(*) Tristan Tzara, Morceaux choisis, Préface de Jean Cassou, Paris, Bordas, 1947, 309 pp.

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