Un poema de Tristan Tzara

En estos días mediterráneos de calor excesivo ha caído entre mis manos un viejo libro de frágil encuadernación y páginas del color de esa luna desmesurada que se asomó a nuestros cielos hace poco.
Editado en 1947 por Jean Cassou (Deusto1897 – París 1986) es una antología (*) de prosa, teatro y poemas de Tristan Tzara (1896 – 1963), uno de aquellos numerosos intelectuales rumanos a los que los avatares del siglo XX llevaron a abrazar la lengua y la cultura francesas y destacar en diversos campos de las letras y la historia.
No seré yo quien haga la explicación de sus vida y obra, pues hay mucho escrito sobre él y lo que representó en la cultura europea como principal figura del movimiento dadaista, precursor del surrealismo, y pienso que inspirador de muchas otros contestarios radicales del arte y las costumbres establecidas que le sucedieron
Yo destruyo las gavetas del cerebro y las de la organización social : desmoralizar por todas partes desplazar la mano del cielo al infierno, los ojos del infierno al cielo, restablecer la rueda fecunda de un circo universal dentro de los poderes reales y la fantasía de cada individuo
fragmento del Manifiesto dadaísta (1918)
Este es un pequeño ejemplo de aquél que declaraba que «la moralidad es la infusión de chocolate en las venas de todos los hombres»
Nacido en Moinești quien se llamó originalmente Samuel Rosenstock vio la luz a menos del 200 kilómetros en línea recta de la Transilvania del Conde Drácula. Cada uno ha su modo ha sido protagonista de famas sociales de un modo u otro revolucionarias.
Al hilo de la lectura de los textos de Tristan, por cierto subliminalmente tristes, en muchas de sus entrelíneas se siente que su búsqueda del absurdo literario es una constante fuga de las horrores de las dos grandes guerras de la primera mitad del siglo XX europeo con su ese otro absurdo, sangriento y de ningún modo imaginario.
Con Jean Cassou he escogido uno de los poemas de Tzara, escrito hace cien años en que destaca una lírica, a mi modo de ver, llena de las enrevesadas señales que se desprendían de las gavetas de su cerebro. El subrayado de uno de los versos que se repite es mío, así como la traducción al castellano.
PAYSAGES ET ACCIDENTS
cirage des avenues fines
le café d’aube d’où sortira le proverbe d’été
donné au profit de tous les projets de voyage
enfilés le long des galeries de flûtes
le nombril de cire fond
ainsi sur le fourgon de queue toutes les petites marionnettes
où allons-nous se demande le monsieur qui a eu des déceptions
voilà maintenant le rire qui dégouline
ce sont des tranches de seins de verre
c’est un amour-mètre
c’est la menace perfectionnée d’un battant de cloche parapluie
et le passeport pour l’étage supérieur de l’armoire s’ouvre
il y a un glacier libre et les oiseaux
nous remarquons là le microphone
grossissante les pas et les paroles qui n’osent plus sonner
restent pour ainsi dire dans leurs coquilles
mais on les voit car ce sont des yeux
voilà où mène une heure d’oubli
le bracelet de rubis vous pousse sur la joue
en bonbons acidulés de flammes
le feuillage des veines se répand avec la lenteur de la soif
c’est un vrai désastre
que les palpitations des murs des immeubles explique et accompagne
une auto
la jeune filles reste étendue sur le pavé
un mouchoir humide
un accident comme un autre direz-vous
voilà où mène une heure d’oubli
personne ne demande votre participation
aux spéculations excitées autour d’un mouchoir d’oubli écrasé
la nécessité sociale ne la justifie pas
voilà cependant où mène une heure d’oubli
à l’unanimité des abstentions quand il s’agit d’un tamponnement prévu
entre les os et les nombreux blessés en liberté
locomotive douleur qui marche vite en tous les sens
les sismographes auscultent la terre
opérations de bourse
la panique des cravates se nouent et se dénouent en chiffres
mais jamais la mécanique
n’ enregistrera la congestion d’une heure tordue par les nerfs
cette écriture fine et mouvante des corps
indique les fleuves sur sa carte géographique
voilà où mène une heure d’oubli
comment voulez-vous comprendre ce que personne n’a encore compris
on se gratte les organes l’un après l’autre
une belle danse pour la solitude quand la langue est collée au palais
un timbre-poste de musée glacial sur l’horreur des vitre vides et fixes
chacun de nous a un réservoir d’événements
qui s’accompliront dans l’ordre des commodités de sortie
ils sortiront comme les perroquets et leurs phrases
sans se soucier de la justesse de leurs intéressantes observations
voilà où mène une heure d’oubli
dans les tunnels d’avoine noire de fumée
***
PAISAJES Y ACCIDENTES
depilación de finas avenidas
el café del alba del que saldrá el proverbio del verano
donado en beneficio de todos los planes de viaje
enfilados a lo largo de galerías de flautas
el ombligo de cera se derrite
así como en el furgón de cola todas las pequeñas marionetas
a dónde vamos se pregunta el señor que ha tenido decepciones
hete aquí ahora la risa que gotea
son rebanadas de senos de vidrio
es el metro del amor
es la amenaza perfeccionada de un badajo de paraguas-campana
y el pasaporte a la estantería superior del armario se abre
hay un glaciar libre y los pájaros
notamos ahí el micrófono
que amplifica los pasos y las palabras que no osan ya sonar
permaneciendo, por así decirlo, en sus caparazones
pero las vemos porque son ojos
he ahí adonde lleva una hora de olvido
la pulsera de rubí empuja sobre la mejilla
caramelos ácidos llameantes
el follaje de las venas se extiende con la lentitud de la sed
es un verdadero desastre
que se explica y acompaña por las palpitaciones de las paredes de los edificios
un auto
la joven permanece tirada en la acera
un pañuelo húmedo
diréis un accidente como cualquier otro
he ahí adonde lleva una hora de olvido
nadie pide vuestra participación
en las excitadas especulaciones sobre un aplastado pañuelo de olvido
la necesidad social no la justifica
pero he ahí adonde lleva una hora de olvido
de abstenciones unánimes en lo que respecta al amontonamiento previsto
entre los huesos y los numerosos heridos en libertad
locomotora del dolor que corre rápido en todas las direcciones
los sismógrafos auscultan la tierra
operaciones de bolsa
es el pánico las corbatas que se anudan y se desanudan en cifras
pero jamás la mecánica
registrará la congestión de una hora retorcida por los nervios
esta escritura fina y conmovedora de los cuerpos
indica los ríos en su carta geográfica
he ahí adonde lleva una hora de olvido
¿cómo quieres entender lo que nadie ha entendido todavía?
nos rascamos los órganos uno tras otro
un hermoso baile para la soledad cuando la lengua se pega al paladar
un sello de correos del museo glacial sobre el horror de cristaleras vacías e inmóviles
cada uno de nosotros tiene un reservorio de acontecimientos
que se realizarán en el orden de las conveniencias de salida
saldrán como los loros y sus frases
sin preocuparse por la exactitud de sus interesantes observaciones
he ahí adonde lleva una hora de olvido
por los túneles de avena negra de humo
.
Tristan Tzara, del L’arbre des voyageurs (1921-1924). Op.Cit. pp. 89-91

Notas
(*) Tristan Tzara, Morceaux choisis, Préface de Jean Cassou, Paris, Bordas, 1947, 309 pp.
