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Breverías italianas (III): Petrarca y la tranquilidad del alma.

8 mayo, 2024

en memoria del profesor Francisco Rico Manrique

Este año se cumplirán 650 años de la muerte de Francesco Petrarca. Sus Cartas Familiares (Rerum Familiarium) guardan la frescura de su estilo e nos invitan a una lectura placentera. En febrero publiqué uno de sus sonetos sobre el carácter perecedero de lo que la vida nos da. Hoy estoy leyendo el último libro de Francisco Rico dedicado a aquel fundador de la moderna lengua italiana (1), que recoge cuatro textos de nuestro eximio filólogo español, fallecido hoy hará once días. Sea esta cita de aquellas epístolas familiares mi modesta contribución al recuerdo de quien tanto ha aportado no sólo al estudio de nuestra Literatura de la Edad Media y el Siglo de Oro, sino también al conocimiento de la obra y del significado del Humanismo Renacentista, y en particular del influjo de Petrarca en la poesía y prosa europeas en lenguas romances.

Petrarca por Altichiero de Zevio (1330-1393)

Son dos extractos (2) de una carta de Petrarca a Dionigi de’ Roberti da Borgo San Sepolcro, probablemente del 4 de enero del 1339, donde augura a su amigo y protector el difícil logro de una vida feliz, en el marco de la perspectiva cristiana del naciente humanismo renacentista que considera a Cicerón como un precursor del cristianismo, al tiempo que propone su fórmula para conseguir una vida más feliz.

Illud bonum tibi cupio quod mihi; beatam vitam, ad quam multi suspirant, pauci pervenieunt. Est enim salebrosum iter atque angustum et difficile: et amoena ac prona circum devia; est autem, ut in sagittando, sic in alia qualibet operatione mortalium, aberrare perfacile. Signum attingere, is demum artificii finis est; idcirco difficilior, quia ad illum una tantummodo, ad errorem innumerabiles sunt viae. Hanc sane quam dico beatam quamquam ingeniosissimis atque doctissimis viris forte aliter visum sit, in hoc corporis ergastulo mereri quidem utcumque potest labor humanus et sperare; amplecti autem ac tenere non potest. Hoc ergo stadio decurritur; finis est ubi quiescit intentio. Neque nobis hoc solis persuasum est; quid enim aliud  Cicero sentiebat, ubi ait, quod haec via est in coelum ?

…Hoc sane non divitiae praestant; non insanientis vulgi plausis; non potentia, non voluptas; sed virtutum comitatus atque animi tranquillitas, ad quam adipiscendam, diversum fortasse aliis videbitur, sed quantum opinio mea fert, nihil aeque adiuvat ac nobilium ingeniorum familiaritas et clarorum virorum conversatio.

***

Deseo para ti el mismo bien que para mí deseo, la vida feliz por la que muchos suspiran y que pocos alcanzan; porque el camino que a ella conduce es escabroso, estrecho y difícil y agradables y fáciles los caminos que, alrededor, del mismo se desvían (3). Como con el tiro al arco, lo mismo que en no importa que otra actividad humana, es muy fácil fallar la diana. Alcanzar el objetivo, eso es precisamente lo que se pretende; y es bastante difícil, pues no sólo hay un camino, mientras que son innumerables los que llevan al error. De esta vida que yo llamo feliz pienso, a pesar de que haya varones muy doctos y de gran ingenio que opinen de otro modo, que ningún ser humano, encerrado en la prisión de su cuerpo, puede con su esfuerzo esperarla, abrazarla y conservarla. Se corre pues en el estadio, pero la meta está allá donde el conato acaba. Y no es que sólo nosotros lo creamos ¿pues que otra cosa sentía Cicerón, cuando afirma que esa vida está en el cielo? (4)

Esto es ciertamente lo que las riquezas no brindan, ni los aplausos del vulgo insensato, ni el poder, ni el placer, sino la compañía de las virtudes y la tranquilidad del alma; para alcanzarlo, quizás contra lo que otros piensen, es mi opinión que nada otro ayuda como la frecuentación de los nobles ingenios y el trato con varones preclaros (5)

Petrarca, Rerum Familiarum, IV, 2.


Notas

(Para las referencias 3 y 4 en el texto de Petrarca me he basado en las notas de la edición de las cartas publicada por Les Belles Lettres, (esta carta en el segundo volumen, pp. 35 a 43, de febrero del 2022 en París) en la colección Les classiques del humanisme. La traducción al castellano es mía.

(1) Petrarca. Poeta, pensador, personaje, Barcelona, Arpa, enero 2024, 184 páginas.

(2) Hathi Trust: Francisci Petrarcae Epistolæ de rebus familiaribus et variæ : tum quae adhuc tum quae nondum editæ ; familiarum scilicet libri XXIIII, variarum liber unicus / nunc primum integri et ad fidem condicum optimorum vulgati studio et cura Iosephi Fracassetti (1864).

(3) Mateo, 7, 14: “porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan.”

(4) Cicerón, De Republica, VI 16, 16: «Ea vita via est in coelum».

(5) Esta expresión de Petrarca hace pensar en la obra Los claros varones de Castilla (Toledo, 1486) del humanista madrileño Fernando del Pulgar, en quien la influencia de los autores clásicos latinos es conocida y no hay que descartar su conocimiento de la obra de Petrarca, pues incluso desempeñó una misión diplomática en Roma, como documenta la Real Academia de la Historia en su nota sobre este secretario real, cronista y escritor.

2 comentarios leave one →
  1. Avatar de Guillegalo
    18 mayo, 2024 22:32

    Aprendí los campos nuevos de mi narrativa que cada día son más diversos, divertidos a veces, leves y asombrado, tantas cosas he aprendido tras los buenos blogueros que leo, nos seguimos sin hacernos los tontos ante las pantallas. … emocionante andar «en son de luz» Gracias vario lugar

  2. Avatar de ensondeluz
    20 mayo, 2024 10:19

    Me ocurre lo mismo a mí cuando te sigo por los vientos de tu creatividad y aprendo caminando de tu mano por las tierras de Marsella y Risaralda.

    Abrazo grande mi amigo Guillermo.

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