La mar es móvil

En castellano decimos el Mar, pero también la Mar.
Si nos atenemos a los inacabables atributos de esta variable masa inmensa de aguas y a sus superficies de innumerables colores y tonalidades, que emulan las infinitas calidades de los cielos, es indudable que se le puede cantar aquello que compuso Verdi:
La donna è mobile
Qual piuma al vento
Muta d’accento
E di pensiero
.
Rigoletto, Giuseppe Verdi
Aunque en este caso muda de luces, colores, tonalidades, formas y, en fin, no nos cansamos de contemplar hipnotizados sus variaciones.
Así se ha presentado durante las últimas semanas en este mi rincón de España…
Y esto es sólo una muestra de lo que ustedes, comprensivos lectores, pueden comprobar cuando se acomoden frente al mar durante unos días. No digo pues nada que todos saben. Sólo que el problema se plantea crudo cuando tratas de plasmar sobre un lienzo, alguno de los millones de rostros de esa mar, que «muta di tono e di colore».
En esas estoy. Como ya explicaba el domingo pasado, estoy intentando pintar un cuadro y, para complicarme la vida, se trata de la mar, de esa mar de la Marina Alta, de este rincón del Golfo de Valencia, en donde tengo, como titulaba Vilhelm Moberg una de sus novelas, mi stund på jorden («rincón en la tierra»).
No les cansaré mucho, estas han sido cuatro atareadas versiones del sol levante en la Playa de la Almadraba hasta hoy…
Y no estoy convencido. No sé aún cómo resolveré la movilidad y las tonalidades de la mar.
Lo mejor será dejar que el cuadro duerma una temporada y acabarlo cuando ya sea posible zambullirse en esta playa sin agarrarse un resfriado…
Inmediatamente sentí ganas de enviarte una de las fotos que yo tomaba de la bahía de Lima desde la azotea de nuestra casa siguiendo el camino del sol desde el sur (Chorrillos) hacía el norte (Callao ).
El filtro barato que usé (lentes de playa) produce un resultado de huevo frito metáfora clásica de los crepúsculos.
Más de una vez he intentado dibujar, pero pinturas (óleos, acuarelas….) nunca..
La foto es muy interesante por el tono naranja que adopta el cielo y que me recuerda a lo que es frecuente en la Playa de la Almadraba, cuando el sol no ha subido mucho todavía…