Breverías erasmianas (XXXVII): “Sidera addere coelo”(Añadir estrellas al firmamento)

Ventana navideña. Foto R. Puig
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«Sidera addere coelo»
Agregarle estrellas al cielo
Adagio, IV, II, 44.
Erasmo comenta muy sucintamente este proverbio que aunque aparece también en la enciclopedia bizantina de los Suidas, en este caso sólo lo refiere a Ovidio, en concreto a una de sus elegías amorosas (Amores Libro II. Elegía X. 13-14):
“Añadir estrellas al cielo” es una figura proverbial que significa agregar más a algo que ya abunda. Se ilustra suficientemente con lo que Ovidio entrelazó con otros dos proverbios en el libro II de sus poemas amorosos:
«¿Por qué a los árboles agregas hojas, estrellas al cielo pleno,
aguas provenientes del estanque al mar profundo?»
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«Quid folia arboribus, pleno quid sidera caelo,
in freta collectas alta quid addis aquas?»
Pero no comenta el contexto, no explica que el proverbio en Ovidio ilustra el dilema de un amante enamorado de dos mujeres simultaneamente:
…negabas
uno posse aliquem tempore amare duas.
…ecce, duas uno tempore turpis amo!
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…negabas
que uno pudiese al mismo tiempo amar a dos
…¡he aquí que depravado a dos a un tiempo yo amo!
Erasmo no quiere entrar en glosas más extensas, a pesar de que las obras de los poetas romanos no tenían secretos para él. En sus años de monje agustino había estudiado intensamente la literatura clásica griega y romana (la que no atraía tanto a Lutero, también monje agustino pero muy riguroso) y había imitado en versos juveniles la métrica de la poesía latina.
Pero cuando comenta este adagio décadas más tarde no está el horno para bollos, sobre todo para un presbitero exclaustrado con fama de contestatario, vigilado por los puntillosos teólogos de Lovaina y de París.
No comenta el sentido que tiene la metáfora de las estrellas y el cielo en Ovidio y mucho menos la conclusión de la elegía :
quizá sea mi destino perecer sirviendo al Amor,
disuelto en sus placeres al morir;
y que alguno lloriqueando en mi funeral diga:
«Esta es la muerte que a tu vida convenía»
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at mihi contingat Veneris languescere motu,
cum moriar, medium solvar et inter opus;
atque aliquis nostro lacrimans in funere dicat:
«conveniens vitae mors fuit ista tuae!»

En la ventana. Foto R. Puig
Este proverbio aparece en la colección de Erasmo en otras dos ocasiones.
«Mari e fossa aquam»
Agua de la acequia al mar
Adagio III, II, 68
«Θαλάττᾙ ἐκ χαράδρας ὕδωρ» se traduce como añadir agua de la acequia al mar, lo que se parece a «Βὦλος ἄρουρα»: «tierra al campo” (*)
O como en Ovidio:
“¿Por qué recoges aguas del estanque para añadirlas al profundo mar?”
Continúa Erasmo:
Lo hemos tratado ya en el comentario a la expresión ”llevar leña al bosque” y “añadir aceite al fuego”.

Sidera addere caelo. Foto R.Puig
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Variantes
Las estrellas (por no hablar de la astrología) son un símbolo utilizado repetidamente en diversos ámbitos, lugares y circunstancias. Parece que no nos basta con las del firmamento, sobre todo en las grandes ciudades donde la contaminación gaseosa y lumínica nos vela cada vez más sus brillos.
Con sólo pasearse por las calles entre Navidad y Reyes se encuentran innumerables variantes. Les muestro algunas de estos días.

General de la Armada Roja. Foto R.Puig

Astro de papel. Foto R.Puig

Fantasmal. Foto R.Puig
Las siguientes se pasean muy a menudo por el mundo, ya sea que decoren un cojín, adornen una camiseta, cubran un voluminoso trasero, vayan ondeando junto a la torreta de un carro armado o presidan un campo sembrado de cruces blancas.

Marciales. Foto R.Puig
Y aquí tenemos la que ayer por la noche me pareció la buena estrella de quienes no tienen miedo ni al vértigo ni a estrellarse.

Fiados a su buena estrella. Foto R.Puig
(*) Erasmo también lo relaciona en el comentario a Gleba arvum, Adagio II, VIII, 29 :
…si gleba arvo adjungatur, quod perinde sit, ac si quis aquam e lacu haustam
infundat mari.
…como añadir tierra al campo, o como si alguien sacase agua de un lago para derramarla en el mar