Del frío y del hielo

Eflheim, el mundo del hielo. Acrílico y óleo sobre lienzo. Ramón Puig 2014
En memoria de Filippo Clerici (22 julio 1935 – 9 abril 2008)
En las mitologías germánicas hay dos mundos que no son aptos para la vida del ser humano: el helado y el ardiente. Nos queda uno que es el que habitamos. Nuestra capacidad de adaptación contradice el mito en cuanto a los territorios helados se refiere, pero vivir en las lavas fundentes eso no lo hemos conseguido. Me podrán decir que la omnipotente venganza divina puede mantenernos en ellas para toda la eternidad y que arder sin consumirse es parte de la oferta de las mitologías judeocristianas e islámicas. La imaginación punitiva de las divinidades nórdicas no da para tanto, aunque el inframundo ese sí que, con sus variantes, está bien representado en el inconsciente colectivo de todas las culturas.
Todo esto ¿a santo de qué?
Lo saben sin duda, hemos pasado por muchos días de frío, al menos en estas latitudes del hemisferio norte. Por ejemplo, así han estado apareciendo los rododendros bajo la ventana de nuestra cocina, tal como una congregación de frailes mercedarios con su capuz.
Y a poco que dieses una vuelta por las afueras podías sentirte como dentro de uno de esos cuadros que la factoría de los Brueghel producía como rosquillas.

Domingo en familia. Gotemburgo. Sábado 3 de marzo de 2018. Foto R.Puig
Más o menos uno de este estilo

Pieter Brueghel el Joven. Los placeres del invierno, 1620, Museo Magnin. Dijon
Apacibles las imágenes de las familias, disfrutando del fin de semana en el lago helado de Delsjön, a corta distancia del centro de la ciudad…

Domingo en familia. Gotemburgo. Sábado 3 de marzo de 2018. Foto R.Puig
papás amorosamente dedicados a su oficio,
para abajo…

Con papá en Delsjön. Foto R.Puig
y para arriba…

Con papá en Delsjön. Foto R.Puig
hermanos mayores voluntariosos
paseantes

Paseando en el Delsjön. Foto R.Puig
perros hiperactivos
y el sol que se presenta tímido

Sol de invierno en el Delsjön. Sábado 3 de marzo de 2018. Foto R.Puig
casi tanto como nuestras siluetas
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De otros fríos y otros ámbitos
Hubo otros tiempos en Suecia, cuando los pintores hacían de fotógrafos…

Isupptagningen (cortando hielo). Carl Larsson 1905
y no había neveras eléctricas.
Sin ir más lejos, en casa de mi abuelo, la primera nevera que conocí se cargaba con trozos de barra de hielo. Había fábricas que las producían. Aunque eso era en los años cincuenta del siglo XX, mientras que en la Suecia de Carl Larsson (1853 – 1919), los aserradores de hielo se ganaban la vida vendiendo los bloques que cortaban en los lagos helados. Como hace tres días se celebró el Día Internacional de la mujer trabajadora es oportuno mencionar que aquel pintor fue afortunado al conocer a Karin Bergöö (1859 – 1928), con la que se casó. Formaron equipo, combinando sus talentos complementarios.
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Reminiscencias
Sin irnos tan lejos, me voy a permitir algunas reminiscencias personales que el frío me ha suscitado. Me llegan de los años 60, dalla mia carissima Italia. Han pasado cincuenta años.
Quizás el recuerdo se deba también a que los italianos andan una vez más deshojando, en este frío invierno, la margarita de un gobierno que parece imposible

Macizo del Ortles. 1966. Foto R.Puig
Así se veía el macizo del Ortles cuando en aquellos años recorríamos, con piolet, crampones de correa y en cordada, las crestas y cumbres de las trece cimas.

Refugio Casati y cima del Cevedale. Vieja postal años 60
No dormíamos en los grandes refugios de las estaciones de esquí, sino más arriba, en aquellas reducidas cajas de metal con seis literas, sujetas con cables de acero en un recodo de la cresta, que no se aprecian en las postales.

El bivacco Meneghello en el 2015 (los hielos han retrocedido). Foto: summitpost.org
Son lo que en italiano llaman bivacco y en español vivac.

Grupo Ortles y Cevedale. Vieja postal años 60
No sé cuánto queda de aquellos glaciares por los que ascendíamos salvando grietas. Me gustaría volver a subir por aquellas soberbias pendientes de la Valtellina.

Antes de la primera etapa: 2° por la derecha Filippo Clerici † nuestro maestro alpinista, y el último este bloguero
Son estos días de frío los que me han devuelto aquellos recuerdos, desde luego no tan fabulosos como aquel largo viaje en busca del tiempo perdido que la magdalena de Proust, al embeberla el narrador en su taza de té, generó en su consciencia.
Modestamente, con los restos de aquella vanidad desvanecida, quiero enviarles un saludo desde aquellos hielos, los de principios del otoño de 1968 sobre las cumbres que se alzan entre la Valtellina y el Parco Nazionale dello Stelvio.

Hoy hace más frío. Foto Filippo Clerici †
Después de esta foto, en la escalada de aquel día, la tormenta de nieve nos cortó el paso y tuvimos que hacer marcha atrás…
…
El 9 de abril hará diez años que Filippo Clerici nos dejó. De él aprendí lo que sé del arte de escalar montañas. Bajando de una de sus marchas el 9 de abril del 2008, camino ya del valle, a los 72 años de edad, resbaló y su cabeza golpeó contra una roca. Nos dejó entre las montañas alpinas que tan bien conocía y tanto amaba.

Filippo Clerici (1935 – 2008)
Somos muchos los amigos que en Europa y América Latina le recordamos.