Carpe solem
Esta noche hemos adelantado la hora. Cuando apenas la primavera asoma tímidamente y las fachadas de la ciudad reflejan la luz desde temprano y hasta un poco más tarde, somos optimistas, ya hemos de poner los relojes en horario de verano.
A las diez de la mañana, en mi barrio, una vecina se había ya arrellanado en su balcón para aprovechar el mínimo fotón y aumentar sus niveles de vitamina D.
Fauna
Sobre las aguas del puerto, cuando voy y vuelvo con el älvsnabben, las veo.
Ahora que el sol de la primavera las recorta sobre el cielo se me antojan jirafas, escapadas de algún oasis, que han venido a montar la guardia tras los diques gigantes donde se reparan los barcos.
Luz frágil
En las costas del levante español la luz y el calor del sol se dan por descontados. Nadie se sorprende de que puedan pasar semanas sin que falten. La lluvia, el frío y los nubarrones son la anomalía.
En cambio, por estas tierras escandinavas, en cuanto los breves días y semanas de sol y luz comienzan, sientes que estos dones frágiles no están garantizados. Todo el mundo se apresura en absorberlos. De las azoteas llega un olor a barbacoa y las terrazas de los cafés se llenan de clientes.
En Suecia el “carpe diem quam minimum credula postero” se transforma en “carpe solem”.
Es como si Horacio, desde el cielo de los poetas, nos dijera: “haz acopio del sol, no creas que mañana será igual”.
En las cosmogonías nórdicas se cuenta que los primeros dioses habitaban en el Midgard, la tierra de en medio. Era una morada a medio camino entre el Niflheim, el país del hielo y del silencio y de la niebla, y el Muspelheim, el mundo del fuego y del sol de mediodía. Los dioses arrancaron centellas de ese mundo ígneo para crear el sol. Así consiguieron que el Midgard pudiese acoger a los seres humanos.
Pues bien, en estas tierras, vecinas de los fríos boreales, el sol ya despierta flores
sus reflejos incendian las fachadas al atardecer
y acarician las aguas
Sus rayos afables templan el ladrillo y la piedra
bañan las casas de Slottsberget
animan a los patos a flirtear
y facilitan el condumio a las avecillas de largo pico (¡ayuda! ¿hay algún ornitólogo por ahí?) que vemos en la foto siguiente.
NB: mis amigos ornitólogos me aclaran desde Galicia en España que estos pájaros llevan el nombre de «ostreros». Gracias por la aclaración.
Los bancos ya no son tan fríos y esperan las posaderas de los paseantes
Las vitrinas nos invitan a cambiar de vestuario
y los manifestantes ya desfilan sin paraguas
Cuando termina mi jornada y el sol retorna a su mundo de fuego, yo aguardo que mi “tranvía” acoste
En el embarcadero siento la fragilidad del instante. Nada ha de darse por descontado. El calor, la luz, los colores, el tacto del sol sobre la piel son para disfrutarse ahora y aquí, pues mañana será otro día y Apolo podría retirarse al mundo de la niebla
Hola Ramón, has escrito una entrada muy bonita, un canto al sol y a la vida, el sol es vida.
En Madrid, aunque no tanto como en Suecia, el invierno es largo y el sol falta más días de los que quizá imaginen quienes no viven aquí, aunque hay que reconocer que de pronto tenemos días primaverales inesperados, en cualquier momento. Ahora, en un fin de semana lluvioso y algo frío, estamos deseando que salga el cálido sol… que se resiste.
¡Disfruta del sol del norte!
Un abrazo
Gracias, Mercedes,
Me parece que la constante funciona de nuevo, cuando aquí hace sol, en Madrid os llueve.
Paciencia, que pronto el cielo de Madrid acabará por prevalecer.
Un abrazo
Ramón
Moncho,
como siempre me has hecho disfrutar. Con tu Humor , poesía , hermosas fotos, reflexiones. Aquí al otro extremo del mundo, en el nuboso, siempre frío y húmedo otoño limeño, tenemos sol radiante y calor. Efectos (por ahora benévolos después serán destructivos ) de los destrozos que hemos hecho los humanos a nuestra frágil atmósfera. Esta viniendo un nuevo Fenómeno del Niño ( 2014 junio) : lluvias extremas al norte (dañaran la agricultura) al sur sequías y heladas (mataran ganado y hasta niños … ) el Carpe Solem de nuestro Horacio … Puig lo disfrutamos por estos lares con temor
Gracias
Pancho
Gracias, Pancho,
Lo que me dices suena tristemente recurrente y el nombre del Niño también, pues se trata más bien de un fenómeno de dimensiones dramáticas.
Espero que una distribución mejor de los recursos ayude a paliarlo.
Un abrazo
Moncho
los pájaros que buscan gusanos son Ostreros.
o sea, que estos de aquí se dedican a los gusanos, en vez de a las ostras!
en todo caso, ya sabía que me resolverías la cuestión, lo voy a poner en la página…
un abrazo
Moncho