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Ambigüedad de noviembre, noticias del premio Hasselblad 2013 y un tercer asunto

17 noviembre, 2013
Noviembre a la vera del canal. Foto R.Puig.

Noviembre a la vera del canal. Foto R.Puig.

En estas semanas pre-invernales

La luz del sol es cada vez más oblicua. Unos días cambiantes marcan el inflexible tránsito hacia el invierno escandinavo.

Pueden ser dulces e invitar al vagabundeo  junto a los canales y por las plazas.

Pueden ser grises e inadvertidamente guiar nuestros pasos hacia el museo.

Pueden ser narcóticos y recluirnos en la butaca con un libro y muchos recuerdos.

Este tiempo de noviembre ni es otoño ni es invierno y nuestras sensaciones están divididas. ¿Serán privilegios de jubilado?  El caso es que ya desde temprano, tras caerme de la cama y según se presente el aire, según se muestre el cielo, he de tomar decisiones. Y no será el espejo cruel el que me ayude.

Ambiguas sensaciones. Foto R.Puig

Ambiguas sensaciones. Foto R.Puig

Uno de estos días decidió por mí y me llevó al Museo de Bellas Artes de Gotemburgo

Exposición de Joan Fontcuberta (Premio Hasselblad 2013)

Sería imposible resumir aquí la exposición, muy adecuada para este mes ambiguo, de Joan Fontcuberta (Barcelona 1955). Se perdona que las salas de la Fundación Hasselblad lo presenten como un artista conceptual. Opino que todo buen creador ha sido siempre conceptual desde los albores de la creación artística. Pero esta es otra batalla. Será por hoy otra de las ironías de noviembre, pues de fina ironía nos habla también la obra del fotógrafo de Barcelona. Tomémoslo como una concesión a la plaga conceptual que nos afecta desde los tiempos en que Marcel Duchamp decidió tomar el pelo al mercado del arte.

El caso es que Fontcuberta no nos toma el pelo, salvo por los pelos de la serie Fauna, recopilación basada en los trabajos del teratólogo y zoologo alemán Peter Ameisenhaufen (1895-1955).Este fabricante de ilusiones faunísticas fue contemporáneo de los debates sobre la evolución de las especies, el surrealismo y, last but not least, la moda de los ready made.

Centaurus Neardentalensis. Fauna de Joan Fontcuberta. Foto R.Puig.

Centaurus Neardentalensis. Fauna de Ameisenhaufen, Fontcuberta y Formiguera. Foto R.Puig.

Sus animales anómalos son una muestra de la habilidad del taxidermista para juntar trozos de bichos rellenos de paja y cubiertos de pelos o plumas. Esta colección de imágenes, híbridos disecados y testimonios documentales, es el fruto de un trabajo lleno de ironía de Joan Fontcuberta y Pere Formiguera.

Las comprensibles manías faunísticas de la recopilación del fotógrafo español y catalán, me resultan simpáticas y meritorias, sobre todo por el retorno a las composiciones fotográficas del alemán y por las vitrinas de frankesteins  que contiene.

Myodorifera Colubercauda. Fauna de Joan Fontcuberta. Foto R.Puig.

Myodorifera Colubercauda.  Fauna de Ameisenhaufen, Fontcuberta y Formiguera. Foto R.Puig.

Pero, como he dicho, no puedo extenderme por las otras secciones, no menos surrealistas, de la exposición. Una de ellas recoge información sobre los hydropithecus fósiles (nuestros ancestros sirena) que el febril presbítero Jean Fontana descubrió en los Alpes franceses en los años cuarenta del siglo XX  y de los que la exposición presenta un vídeo, un poco revenido,  o los estupendos trabajos fotográficos de Fontcuberta sobre el Cosmos en su serie Constelaciones.

A mi modo de ver, lo mejor de la exposición son sus Orogénesis; aunque eché de menos que las cartelas, además de reflejar, como lo hacen, sus fuentes de inspiración (la Sainte Victoire de Cezanne por ejemplo), recogiesen también la localización geográfica de los paisajes fotografiados.

Anecdóticos, aunque atractivos, son los enigmas de la política espacial soviética y los misterios del Soyuz 2, su cosmonáuta y su cosmoperro, que, según nos cuenta la exposición, se volatilizaron en el espacio bajo los efectos del vodka. Fontcuberta les rinde tributo con grandes y solemnes reproducciones.

Pero sería más completo venirse a Gotemburgo a ver todo esto. Si no me equivoco se trata del primer español que recibe el Premio Hasselblad, posiblemente el más prestigioso del mundo de la fotografía. El galardón se otorga anualmente desde 1980: http://www.hasselbladfoundation.org/collection/en/

Erectus pseudospinosus. Herbarium fotografico de Joan  Fontcuberta.1982.

Erectus pseudospinosus. Herbarium fotografico de Joan Fontcuberta.1982

He dejado para el final otra de las series expuestas, el Herbarium, una colección de hermosas fotografías minimalistas e irónico-botánicas, con las que Fontcuberta rinde homenaje a la obra de  Karl Blossfelds (1865-1932), publicada en 1928, en la que el fotógrafo y botánico alemán ilustraba la naturaleza real de los motivos vegetales del Art Nouveau.

Giliandeia escoliforcea. Herbarium fotografico de Joan  Fontcuberta.1982.

Giliandeia escoliforcea. Herbarium fotografico de Joan Fontcuberta.1982.

Entre los varios méritos enumerados en el folleto de la muestra  a Joan Fontcuberta le han otorgado el Premio Hasselblad 2013 por importantes motivos:

… por sus innovadoras investigaciones en el campo de la fotografía y la relación que esta tiene con la verdad, a través de narrativas fotográficas que unen las fronteras entre el hecho y la ficción. Su constante cuestionamiento de los que se consideran conocimientos autorizados establece un valioso método de explorar tanto la fotografía de la naturaleza como la naturaleza de la fotografía

Así pues, Victor Hasselblad  (1906-1978) se sigue mereciendo las flores que anónimos fotógrafos depositan en las manos de su figura en bronce, que le recuerda cerca de las escaleras del Museo de Arte de Gotemburgo.

Victor Hasselblad por Ulf Celen y Eino Hanski. Foto R.Puig.

Victor Hasselblad por Ulf Celèn y Eino Hanski. Foto R.Puig.

Es en esta sede donde, muy adecuadamente, la Fundación que lleva su nombre tiene las exposiciones y mantiene sus archivos, abiertos a los investigadores y amantes de este inagotable y siempre renovado arte de la Fotografía.

El tercer asunto

Algunos de estos días grises que se prestan al retiro me llevaron a abrir las páginas de un libro y a latitudes más soleadas, pues en tierras de Bolivia  se desarrolla  la primera novela de un amigo, condiscípulo de lejanos estudios compartidos, publicada hace cinco años. Así es la vida, nos separa de los compañeros y muchos años más tarde nos reúne a través de unas páginas.

Entre las orillas de la ría de Göteborg  y la cuenca amazónica del Beni un puente invisible trasiega nuestras historias.

Carlos Garcia Tornel. El tercer asunto. Ed.Gente comun. La Paz, 2008.

Carlos Garcia Tornel. El tercer asunto. Editorial Gente común. La Paz, 2008.

El escenario son en su mayor parte las cálidas regiones del oriente boliviano. Con tesón quijotesco su autor salió airoso de una narración de intrigas y amores en la tierra que le adoptó hace años. Me ha dicho que, si la escribiese ahora, lo haría de otro modo. Cuando se sigue escribiendo y publicando siempre vienen ganas de revisar la opera prima. Los autores casi siempre piensan así. Escritores o no, nos suele pasar a todos con las primeras obras de nuestra vida. Pasados los años, ya no nos bañamos en el mismo río.

El rio Beni entre Rurrenabaque y San Buenaventura . Foto R.Puig

El río Beni entre Rurrenabaque y San Buenaventura . Foto R.Puig

Pero, más allá de la metáfora (atribuida a Heráclito), la corriente verdadera en la que una parte de la novela de Carlos García-Tornel Florensa se baña, es la del río Beni. En su obra destaca su amor a esa región boliviana y a las gentes que viven en ella, retratados en las vicisitudes y los numerosos detalles que este documento-ficción desgrana a lo largo de un rocambolesco suspense.

Que su protagonista catalán, Jordi, sin pretenderlo frustre la secesión de los departamentos orientales de Bolivia, aunque su padre, Jaume, catalán suavemente independentista, sea el director en el país de una multinacional española de los hidrocarburos y esté implicado en una maquinación internacional que promueve la  secesión, no deja de tener su carga de ironía, no sé si retrospectiva o prospectiva.

Rurrenabaque. Foto R.Puig.

Junto a las orillas del Beni en Rurrenabaque. Foto R.Puig.

En cualquier caso, en esta peripecia no todos los parecidos con la realidad son pura coincidencia.

El autor ha publicado también: Cuentos indecentes, cuentos inocentes, La Paz, Editorial Gente común, 2010  y  Muertos por encima de toda sospecha, La Paz, Editorial Autodeterminación Noviembre 2012 (en mi me mesa de lecturas pendientes).

Final campestre

Ya que hoy hemos estado en el museo, acabaré con el detalle de uno de los cuadros de la donación de la familia de Gustaf Werner (1859-1948), que se expone actualmente en sus salas.

Per Ekström. Granja al atardecer. Detalle. Coleccion Werner Villa. Museo de Arte de Gotemburgo.

Per Ekström. Granja al atardecer. Detalle. Coleccion Werner Villa. Museo de Arte de Gotemburgo.

La visión de esta granja y su sol moribundo, en el atardecer de un lejano día de fines del siglo XIX en Öland, parecen rescaldarnos un poco, a pesar de los vientos del Báltico que seguramente la batían.

En esos parajes vivió y pintó desde 1890 hasta su muerte el artista sueco, formado en Francia, Per Ekström (1844-1935).

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