La guerra de las moscas en… ¡Gotemburgo!
Estoy preparando una entrada con mis recuerdos de la visita a la Galería Doria-Pamphilj en Roma, pero la rabiosa actualidad me ha obligado a postergarla. Volveré a ello a no tardar.
Llegamos hace pocos días a Gotemburgo y tengo algo que contaros…
Mientras las portadas de los diarios españoles se centraban en buena medida en la “crisis de la deuda soberana” (¿por qué la llamarán soberana?), al llegar a Gotemburgo es fácil constatar que la crisis económica mundial no ha afectado a Suecia.
¿La prueba? En su edición de ayer el comité editorial del Göteborgs-Posten (el GP es el principal periódico de la segunda ciudad sueca) daba preferencia en su portada a toda página a la “Invasión de las moscas”, expresión que en sueco suena todavía más inquietante, Fluginvasion. Casi como el título de una película de terror. Así que en vez de una serpiente de verano el GP de ayer ofrecía una mosca de verano para acompañar el desayuno de los gotemburgueses.
Los métodos para combatir la proliferación de este díptero voraz no han variado mucho desde los tiempos en que mi abuela las combatía. Para proteger los alimentos en el supermercado de Kärra, la dependienta Helena Karlsson sigue usando las tiras pegajosas, las mismas que cuando yo llevaba pantalón corto usábamos en el Madrid de la autarquía, desenrrollándolas de su pequeño cilindro de cartón.
Pero la verdad es que cuando lees el interior del diario, donde en doble página se desarrolla la noticia de la portada, con fotos de Ulf Börjesson, y se entrevista a los ciudadanos que dan detalles de su lucha con las moscas, la invasión, que aparecía como una plaga de toda la ciudad, se limita a los barrios de Kärra y Tagene, cercanos al río Göta y a 10 kms al norte del centro, junto a la autopista que asciende hacia Oslo.
En el centro de Gotemburgo ni rastro de moscas. Las gentes toman su merienda junto a los canales. Hacia el sur, en la península de Onsala, se disfruta el baño a la caída del sol. El agua estaba ayer a 23 grados centígrados y no había medusas ni moscas.
En cualquier caso, lo que de verdad se debe recordar de todo esto es la excelente fotografía de la mosca del supermercado de Kärra, inmortalizada por Ulf Börjesson para el Göteborgs-Posten.
Hay que ver lo que le llama la atención a cada uno.. me refiero a los periódicos principales 🙂
Saludos desde Altea!
Un abrazo